La poesía épica recoge una gran tradición heroica griega que se fue gestando a lo largo de muchos años, durante una época conocida como la Edad Heroica, que corresponde a los siglos XIII y XII a.C. A esta tradición debemos la Ilíada y la Odisea, que derivan del ciclo legendario en torno al sitio y destrucción de la ciudad de Troya.
Este tipo de creaciones centran su interés en contar una historia heroica, protagonizada por seres humanos que pertenecían a una raza superior: los héroes o semidioses, cuya principal tarea era la persecución del honor.
Tanto para Homero como para Hesíodo, los héroes pertenecían a un pasado memorable y lejano y ya ningún mortal podía comparase a ellos. Los aedas y rapsodas, poetas itinerantes que componían y transmitían oralmente, eran considerados autoridades sobre el pasado, y sus poemas proporcionaban tanto historia como poesía.
La Ilíada y la Odisea, poemas compuestos entre el siglo IX y el siglo VIII a.C., han sido leídos de manera ininterrumpida desde su creación, inspirando innumerables versiones y reelaboraciones en todo el mundo. Sin embargo, se desconoce todo acerca de la biografía del autor. Mucho se debatió y se estudió la posibilidad de que sean una o varias personas las responsables de ambos poemas, mientras que la tradición antigua aceptaba la existencia de un autor único, llamado Homero, que provenía de la costa griega de Asia Menor.
Lo que es seguro es que Homero no creó estas historias de la nada, sino que se basó en una larga tradición oral formada desde siglos antes. A esta tradición debe sus temas, su lengua, su métrica, entre otros recursos.
La Ilíada, como ya mencionamos, se basa en las leyendas alrededor de la guerra de Troya, la cual comenzó porque París, príncipe troyano, sedujo y raptó a la hermosa Helena, esposa de Menelao, rey de Esparta. Agamenón, hermano de Menelao, preparó una expedición hacia Troya para recuperar a Helena y castigar a los troyanos. La acción de la Ilíada comienza cuando los griegos o aqueos ya llevan años de guerra en Troya.
La Odisea comienza diez años más tarde, y narra las aventuras de Odiseo (llamado Ulises por los latinos) en su largo regreso desde Troya a su casa en Ítaca. Nos enteramos por los relatos de distintos personajes de los sucesos que enlazan ambos poemas: el décimo año de comenzada la guerra tuvo lugar la caída de la ciudad de Troya. Esto sucedió cuando un caballo de madera "con los héroes aqueos más importantes en su interior" fue ingresado a la ciudad.
Esos hombres, entre ellos Odiseo, la incendiaron y la destrozaron.
Los héroes
Los grandes héroes cantados por la épica y evocados en las tragedias son de características muy diversas: héroes aventureros y civilizadores que abren caminos y los despojan de monstruos, como Heracles (Hércules, para los latinos), Jasón, Teseo y Odiseo, o héroes guerreros que luchan en batallas o asedios en torno a una ciudad, como Agamenon, Aquiles, Polinice y Ayax. Peros son seres extraordinarios, emparentados con los dioses, que actúan en un marco de posibilidades superior al de la realidad natural. Así, a Heracles lo caracteriza una enorme fuerza; a Aquiles, la velocidad en combate y a Odiseo, su inteligencia y astucia para tramar salidas frente a situaciones adversas y lograr el triunfo.
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