22/11/14

¿Por qué leer?



¿Por qué leer?


¿Qué tiene que hacer la literatura, que tienen que hacer las novelas, los cuentos y la poesía en la instrucción de un pueblo? Está bien la historia, la ciencia, la filosofía… Pero, ¿la literatura?

Mucho que hacer. Porque, para empezar, siempre habrá una distinción entre el comportamiento (en el comportamiento, recalco) entre el hombre leído y el no leído y siempre a favor del hombre leído. Y según sea la conducta de cada uno de sus habitantes, será la conducta del país todo. Pues bien, la mayor parte de los hombres leídos adquirieron esa condición a partir y gracias a la lectura de un buen libro de literatura. Si no tuviese otra virtud que ésa, la literatura ya sería imprescindible para la buena marcha de una nación.

Pero tiene más. Mientras la historia se dedica a las acciones generales (y no toma en cuenta las particulares sino en lo que influyen sobre las generales), mientras la ciencia se dedica a las leyes del mundo y la filosofía a las ideas, la ficción literaria es la única que presta atención a la individualidad y a la singularidad humanas. De donde nunca le faltarán materiales con qué trabajar, pues los individuos son siempre distintos e irrepetibles.

Nadie le disputará ese dominio. Si suprimiésemos la literatura y se nos borrase la memoria que de ella tenemos, sólo nos quedarían como patrimonio legible, abstracciones y generalizaciones. Es decir, poca cosa para el conocimiento del concreto individuo de carne y hueso con nombre y apellido y un alma propia. Indigencia que sería lamentable, porque en el individuo viene a resumirse toda realidad posible. Únicamente la literatura nos la revela, mucho más allá de los alcances siempre modestos de la experiencia personal.


Marco Denevi, en Clarín, 15-3-79

LEER O PERECER


El placer de la lectura es un camino económico para mejorar en todos los sentidos. Desarrolla el conocimiento en general, proporciona herramientas para relacionarse mejor con el mundo moderno y comprender la condición humana.

Como si eso no bastara, los médicos aseguran que la mente, a través de la lectura, ayuda a prevenir el mal de Alzheimer: una dolencia degenerativa que ataca especialmente a las personas mayores y destruye la memoria como si fuera un castillo de arena debajo de un tsunami.

Una investigación que acaba de divulgar la Nacional Endowment for the Art, una organización estadounidense dedicada a la promoción de la cultura, concluyó que quien lee por placer tiene una vida mucho más activa y buen pasar que aquellos que pasan su tiempo libre viendo televisión o dedicándose a otras actividades que no exigen razonamiento.

Para los primeros, la vida es una sucesión de nuevas experiencias y de ampliación de los horizontes. Para los segundos, la madurez deriva en un proceso de atrofia mental. “La información esta cada vez más a nuestro alcance. Pero la sabiduría, que es el tipo más precioso de conocimiento, sólo se puede encontrar leyendo, especialmente a los grandes autores de la literatura. Ese es el motivo por el cual debemos leer”, dijo el norteamericano Harold Bloom, el más importante crítico literario en actividad.

Mark Edmundson, profesor de lengua inglesa de la Universidad de Virginia, es autor del libro Why Read? (¿Por qué leer?). Allí desarrolla la tesis de que la lectura es la segunda chance que la vida ofrece para nuestro crecimiento personal. 

Durante la infancia y la adolescencia -afirma Edmundson- se pasa por un proceso de socialización. Se aprende con padres y profesores lo que es cierto y lo que está errado. Se comienza a actuar de acuerdo con el sentido común. Pero luego es la lectura la que nos permite desarrollar ideas propias, conceptos y valores. Sin leer, un hombre es una oveja que sigue al rebaño. [...]

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