12/3/15

La literatura épica medieval


La literatura caballeresca se caracteriza por tratar los hechos y aventuras de una aristocracia guerrera con afán de gloria. Las aventuras de los caballeros se relacionan con principios religiosos y morales, como Dios, la Fortuna, el Destino y la Libertad que les confieren a estos héroes una dimensión espiritual.

La literatura medieval era una expresión artística oral, compuesta para ser oída, y se difundía por medio del canto o de la recitación pública. Es natural, entonces, que la poesía predomine sobre la prosa, ya que debido a sus recursos -ritmo y rima- la poesía es más fácil de memorizar.

El héroe medieval 

Durante la Edad Media, el héroe épico pierde las características semidivinas de los héroes de la Antigüedad; los héroes medievales son seres humanos aunque conserven sus características legendarias e incluyan elementos fantásticos. Los héroes de la nueva epopeya tuvieron una existencia real, histórica, con hazañas que los engrandecieron. La intervención de los dioses desaparece y el héroe épico mantiene su nobleza y su decisión frente a los problemas de la vida, luchando por vencer y demostrar su heroísmo.
La aparición del héroe se relaciona con la concepción medieval que consideraba a la vida como una misión, un ideal cristiano cuyo móvil principal era la reconquista y la cristianización de los territorios perdidos. Estos héroes eran ejemplares para la sociedad y la literatura; el recrear sus vidas tenía una finalidad didáctica.
Los caballeros debían atenerse a una serie de normas de cumplimiento básico para su correcto ejercicio.



Los cantares de gesta


Los cantares de gesta eran poemas épico-narrativos destinados a evocar los episodios heroicos de la historia local o nacional de España. Eran compuestos para ser cantados o recitados oralmente.
Estas composiciones nacen como expresión de sucesos recientes de la historia local; por lo tanto, una de las características de estas obras es su verismo, es decir, el respeto al fondo histórico que le dio origen. Los acontecimiento poetizados son conocidos por la audiencia, por lo tanto no pueden ser modificados y ficcionalizados en lo esencial.

Los juglares épicos

Durante el siglo XII surgieron en Europa los juglares épicos, quienes se ganaban la vida actuando en público, en poblados y campamentos  alegrándolos con su música, recitados juegos malabares y destrezas físicas.
Los juglares de gesta eran los que, dentro de este oficio, se encargaban de difundir los cantares de gesta.




Los juglares y los trovadores desempeñaron un papel de primer orden en la vida culturalo del Occidente mediaval europeo, como transmisores de noticias y creadores y difusores de litartura. Con la voz latina de jocularis o joculator (derivado de jocus: "juego") se denomina, desde el siglo VII, a la persona que divertía al rey, a los nobles o al pueblo en general. Herederos, posiblemente de las artes declamatorias y mímicas del teatro romano, pero no menos deudores de los rapsodas de origen germánico -especialmente en la recitación épica-, eran juglares todos los que se ganaban la vida actuando ante un público para su recreo, ya fuera con música, literatura, acrobacia, mimos, charlatanería o juegos de mano.
J. M. Herrero Massari, Juglares y  trovadores, Madrid, Akal, 1999;